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10 de mayo de 2009

¿La inmortalidad del cangrejo?, mejor dicho, de la medusa

Una medusa inmortal se extiende por todos los océanos. Rejuvenece en unos ciclos vitales infinitos.

Silenciosa, lenta, difícil de ver. Delante de nuestras propias narices y en todos los océanos del planeta, una pequeña medusa, un hidrozoo de apenas medio centímetro de longitud posee una característica que la hace única entre todas las criaturas del reino animal.
De una forma que la Ciencia aún no ha logrado comprender, la medusa Turritopsis nutricula es 'inmortal'. Tiene un diámetro de 4-5 mm. Su figura es alta y acampanada con paredes finas y uniformes. Su gran estómago (cavidad interior), rojo vivo, tiene forma cruciforme en su corte transversal. Los especímenes jóvenes tienen ocho tentáculos en el borde pero los adultos llegan a tener hasta 80-90 tentáculos.

A diferencia de las demás medusas (y del resto de los animales) "Turritopsis nutrícula" no muere tras alcanzar su estado adulto, sino que es capaz de «rejuvenecer», de regresar a su forma juvenil y repetir su ciclo vital hasta alcanzar una segunda madurez... y una tercera, y una cuarta, y así hasta un número de veces que es, según los científicos, potencialmente infinito.

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